martes, 4 de noviembre de 2014

La conspiración de la Pólvora y la espada de Pedro: La historia como metáfora

Ilustración por Jesús Rivera


El cinco de noviembre es ya una expresión idiomática para esta generación gracias al cine en Hollywood. Muchos se identifican con la rebeldía contra los sistemas y hasta han creado un símbolo de lucha de la mascara de Guy Fawkes. Pero: ¿en qué contexto se dio ese evento que inspira dicho icono? Adelanto que es en el Occidente del cristianismo contra el cristianismo. Esto me lleva a una pregunta importante; ¿qué tiene que ver Cristo como bandera de este punto histórico tan vergonzoso?

A principios del siglo XVI, ocurre una decepción con la Iglesia Romana. Esta decepción se manifestó con la ruptura de la Iglesia, y a consecuencia de dicho sentimiento se desarrolla un movimiento que conocemos históricamente como Reforma Protestante. Luego que la Reforma Protestante tomara forma, las tensiones entre protestantes y católicos eran comunes. La cuestión no era solo debates dogmáticos y/o doctrinales, eran también de todo el espectro cultural europeo, pero el más que generaba conflicto era el problema político. Cuando era evidente que la reforma mitigaba las fuerzas del catolicismo, surge El Concilio Ecuménico de Trento para hacer ajustes a la iglesia de Roma que había perdido su norte. Así también parte del clero renunciaba, arrastrando consigo laicos, y consecuentemente la imagen del Papa se debilitaba. Por esto surge otro movimiento al que se conoce como "Contra-reforma".

Como parte de la Contrarreforma se dieron guerras y persecución política no limitadas a cosas de religión. Fue como un sentido de urgencia convertido en competencia y que llega al punto de diferenciación general. De hecho, se reconoce que la Contrarreforma termina con el final de "La Guerra de los Treinta Años".

Dentro de este mundo de hostilidades se desarrolló la Conspiración de La Pólvora en Inglaterra (1604-5), un intento de volar las Casas del Parlamento y asesinar al rey Jacobo I junto con la aristocracia -que mayoritariamente era protestante- durante la Apertura de Estado (5 de noviembre de 1605). Este evento es reconocido por muchos gracias a la película "V for Vendetta", un filme que surge de la novela gráfica con el mismo nombre. Se entiende que dicha conspiración era parte integral de la Contrarreforma. La motivación de los provinciales era incitar una rebelión e instaurar algún monarca obediente al Papa debido a las medidas penales opresivas contra ellos. Era evidente que donde predominaban los protestantes las leyes los favorecieran a ellos traduciéndose en menos derechos a los católicos ingleses y es así cómo la tortilla se ha virado en esos lares.

Para el 1619 surgió lo que se conoce como la Guerra de los Treinta Años, un conflicto entre el Imperio Español y el Sacro Imperio Romano Germánico, que duró hasta la mitad del siglo (1648). El conflicto comenzó con cuestiones religiosas, por partidarios de la Reforma y de la Contrarreforma dentro del Sacro Imperio Romano Germano. No obstante, un tanto más tarde se revela la verdadera intención política por el control hegemónico de Europa y el mundo. Después de cientos de miles de muertes el conflicto bélico termina, no sin antes dejar sin sabores entre católicos y protestantes que no son resueltos con la paz, sino que pasan a ultramar, trascendiendo los siglos y las eras...

¿Y qué tiene que ver esto con las preguntas expuestas al comienzo de este escrito? Pues, quince siglos antes (aproximadamente) de la historia violenta de la Reforma y Contrarreforma, se dio a lugar un arresto en vías de juicio fatal. Después del beso de la muerte entraron los golpes, seguidos de aherrojamiento. Uno de los acompañantes del apresado extendió su mano y desenvainó cortando la oreja de uno de los guardias. Si eres lento (como yo) con las metáforas, te cuento: cada vez que dos o más se atacan para defender a espada a Ese preso, a la vez cortamos las orejas de la audiencia en potencia a escuchar el evangelio; por eso es la historia el mejor de los pretextos para contar la Historia.



"—Pon tu espada en su lugar.
Todo el que pelea a espada, morirá a espada. 
¿No te das cuenta de que yo puedo llamar a mi Padre, y él mandaría ahora mismo más de doce batallones de ángeles? 
Pero si hago esto, ¿cómo se cumpliría lo que está en las Escrituras, donde dice que todo debe suceder de esta forma?"


En aquella hora dijo Jesús a la gente: 

—"¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.
Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas.

 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron."




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